Muchos fueron los logros conseguidos por el primer Estado del mundo gobernado por obreros y campesinos, pero también fueron bastantes sus errores y fracasos. El fin de todo partido comunista se puede resumir en alcanzar una sociedad comunista, en la que no existan ni opresores ni oprimidos, sin embargo algunos de los miembros del Politburó no dudaron, ni un solo minuto, en poner a trabajar a la poderosa industria soviética en beneficio de sus intereses personales. Una de las pruebas más sangrantes y evidentes de este tipo de conductas egoístas fue la construcción y el desarrollo de las limusinas ZIL. Un privilegio al alcance únicamente de los miembros del Politburó. Sin ningún tipo de utilidad ni beneficio para la clase trabajadora se crearon estas auténticas joyas de la ingeniería soviética. Mientras en las calles de Vietnam los cuadros del Partido Comunista vietnamita se desplazaban en bicicletas dando un ejemplo de humildad, algunos de los burócratas de Moscú utilizaban las limusinas ZIL creadas a imagen y semejanza de los lujos occidentales.
En una de las próximas entradas tratare el tema de las limusinas y vehículos de lujo de la República Popular China.
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